La persona es mucho más que la razón
El valor de la razón es uno de los logros que más orgullo produce a los hombres y mujeres de la cultura occidental. En efecto, razonar y ser razonable es algo que tiene una gran importancia. El problema es que desde el “pienso, luego existo” de Descartes, la razón se ha confundido completamente con la persona y la persona es, sin embargo, algo más. Existen los sentimientos, los deseos, las pasiones….
Los sentimientos, esos duendecillos rebeldes
Consideramos tan importante a la razón, que queremos que sea ésta, junto a la voluntad, la que guíe nuestros sentimientos. Pero los sentimientos, en ocasiones, parecen duendecillos rebeldes que no se dejan guiar. No tenemos buenos sentimientos por el simple hecho de quererlo, ni estamos alegres, tristes o enfadados porque lo hayamos decidido. La mayor parte de las veces estamos así y no sabemos por qué.
Elementos de nuestra vida
Cuando la razón y la voluntad pretenden dominar a los sentimientos, éstos se rebelan y nos pueden producir serias molestias a través de sensaciones, reacciones o incluso síntomas que nos hacen sufrir.
Sin embargo, cuando pensamientos y sentimientos se unen, nuestra personalidad se enriquece con la aportación de ambos. Los sentimientos no son molestos huéspedes que habitan en nuestro corazón, sino elementos de nuestra vida a los que es preciso conocer e integrar. No es esta una tarea fácil pero sí imprescindible si no queremos vivir envueltos en un serio malestar.
Si sientes ese malestar, podemos ayudarte. Contacta con nuestra consulta sin compromiso.